viernes, 12 de noviembre de 2010

Neuropatologia

Los rasgos anatomopatológicos característicos son la presencia de marcada atrofia en núcleos caudado y putamen bilaterales, con moderada atrofia de lóbulos frontales y temporales. Es la atrofia del núcleo caudado la que confiere el aspecto peculiar que presentan las astas frontales de los ventrículos laterales en las pruebas de neuroimagen. A nivel microscópico se ha objetivado perdida selectiva y precoz de pequeñas interneuronas espinosas gabaérgicas (tipo Golgi II) en núcleos caudado y putamen, y perdida de neuronas grandes del globo pálido. La corteza cerebral muestra grados variables de estrechamiento cortical, perdida neuronal, distorsión de la arquitectura y gliosis reactiva.(1)
En las fases iniciales de la enfermedad se afectan las zonas antero mediales del estriado, progresando posteriormente la lesión hacia zonas posteriores y laterales. En los pacientes que presentan inicio juvenil los cambios histológicos son más severos y se extienden a tálamo, cerebelo e incluso a los tractos corticoespinales. La severidad de los cambios histológicos parece relacionarse directamente con la severidad del defecto molecular. (2)
La consecuencia bioquímica de estas alteraciones neuropatológicas es una disminución del ácido gamma-aminobutirico (GABA), y de la actividad de la enzima decarboxilasa del acido glutamico (GAD), responsable inmediata de su síntesis, en caudado y putamen, y en menor medida en pálido, núcleo subtalamico, cortex y troncoencéfalo. También se han descrito perdida paralela de neuronas productoras de encefalina (que podía ser el sistema neurotransmisor de afectación más precoz), sustancia P, enzima conversora de angiotensina, y alteraciones en el metabolismo de dopamina. Las neuronas colinérgicas, somatostatinérgicas y productoras de péptido Y están relativamente conservadas.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad (movimientos anormales, alteraciones del comportamiento y deterioro cognitivo) pueden explicarse por la lesión del estriado y/o por la modificación que esta lesión causa en los circuitos corticosubcorticales que conectan los ganglios basales con el lóbulo frontal, concretamente con regiones motora suplementaria, oculomotora, orbitofrontal, dorsolateral y cortes límbico. Los dos primeros circuitos  están relacionados con el control motor, mientras los tres circuitos de la derecha se asocian a funciones cognitivas y comporta mentales. Más específicamente, la conexión entre la región frontal dorsolateral y el caudado parece tener implicación en las funciones ejecutivas y otros déficits neuropsicológicos, mientras que lesiones en las conexiones del caudado con regiones orbitofrontales y límbica originan alteraciones del comportamiento como moria, desinhibición e irritabilidad.(3)
La edad de comienzo se sitúa entre los 30 y los 45 años, aunque puede darse a partir de los dos años. Los niños que desarrollan la enfermedad raramente alcanzan la edad adulta.
La prevalencia de la enfermedad de Huntington (EH) se considera entre 5 y 10 casos por 100.000 habitantes, algo menor en países del Este asiático y en la población de raza negra. La incidencia anual varía entre 1 y 4 casos por millón de habitantes. Los estudios genealógicos han permitido situar el origen de la enfermedad en el oeste de Europa (Francia, Alemania y Holanda), siendo la emigración de estas familias, probablemente en relación con la dispersión de los hugonotes hacia América, Inglaterra, Sudáfrica y Australia, el origen de la extensión de la enfermedad. Es posible que en el futuro la posibilidad de realizar consejo genético a los sujetos afectos haga que podamos llegar a ver su erradicación, al menos en países desarrollados.
Afecta a hembras y varones de igual manera.
Bibliografia:
1. Schapira AH. 1997.Función mitocondrial en la enfermedad de Huntington:pistas para la patogénesis y las perspectivas de tratamiento . Editorial Vicens Vives.3ª edicion.Costa Rica, San José.141-142.
2.Browne SE, Bowling AC, McGarvey A, et al.1997. El daño oxidativo y la disfunción metabólica en la enfermedad de Huntington: la vulnerabilidad selectiva de los ganglios basale. Editorial  Toukan. 4ªedicion  .Portugal, Lisboa.646-653.
3. FernándezE.1995 Corea y atetosis en la infancia. Editorial  Avatar Press. 3ª edición.Mexico, Mexico DF.



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